16 mayo, 2015

Despertados antes de tiempo

Cuando parecía que recibir al Sabadell era el partido más asequible de los "cinco para soñar" que le quedaban al Leganés, llegó un empate que aleja el sueño. El 'Lega' fue mejor, lo intentó más veces y tuvo la pelota más tiempo, pero no ganó en el sitio más importante: el marcador. (Leganés 1-1 Sabadell)
El Sabadell venía a Butarque en plena lucha por la salvación, y a falta de cuatro partidos sigue inmerso en el pozo. Los de Juan Carlos Mandiá lo tienen difícil si siguen jugando como ante los pepineros, no sólo porque no ganaran, sino porque poco hicieron para ello. Cierto es que las bajas de Collantes, Hidalgo y Juanjo son notables, pero el equipo que realmente parecía jugarse la vida fue el 'Lega'. Incluso Axel Torres, que se dejó ver por Butarque, se desesperaba con cada mala acción arlequinada. Y quizá esa es la decepción. El Leganés jugó como tenía que jugar para ganar, para luchar por ese sueño que Garitano y los suyos se han ganado a pulso esta temporada. Y ante un rival cuyas constantes vitales eran prácticamente lineales, el 'Lega' no pudo pasar del empate en casa. No sirvió ni siquiera que el partido empezara a pedir de boca.

Postigo encontró lo que llevaba buscando toda la temporada, un gol de cabeza. Llegó en el minuto once de una primera parte dominada por el Leganés. Cómodo, sin sobresaltos, llegó al descanso. Todos nos frotábamos las manos por las buenas sensaciones. Ni siquiera hubo lugar a la resignación por haber perdonado algún que otro gol, como el que Aguirre hubiera marcado si no fuera por Nauzet. De repente, por sorpresa, de la nada, llegó el gol de Eguaras. Pasaban tres minutos del comienzo de la segunda parte, y un despeje tan innecesario como horrible de Soriano no pudo acabar peor. Incluso ahí, la preocupación fue mínima. Quedaba toda la segunda parte, y el Lega seguía siendo superior.  El gol tenía que llegar. Pero los minutos iban empujando el partido al abismo, y el Lega no marcaba. Garitano, que después del gol del Sabadell no quiso esperar más, introdujo a Rabello y Velasco en busca de oxígeno y poder en ataque, y más tarde a Fran Moreno en busca de altura, y más frescura. Los pepineros lo intentaron como cuando llega el gol. Era cuestión de tiempo. De un tiempo que se acabó. 

Nos topamos con un empate inesperado que ciertamente chafa las ilusiones creadas durante la semana. Los playoffs se alejan, y aunque la posibilidad sigue ahí, quizá es el momento de disfrutar sin objetivos. Para divertirnos con Chuli, con Eraso, con Aguirre o con Garitano. Quién sabe lo que pasará a partir del 30 de junio. De momento, valoremos lo que sigue siendo una bendita locura: jugar los últimos cuatro partidos de una temporada en Segunda, sin presión ninguna. En la gloria.

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