13 abril, 2015

Todo es posible

Nunca antes el Leganés había estado tan lejos del descenso. Ahora, a falta de nueve jornadas, el casi cumplido reto de la permanencia parece dar paso a otro mucho más difícil: el de no pensar en los playoffs. (Leganés 2-0 Albacete
No hicieron falta ni más de tres palabras para explicar el partido. "Ganó el mejor", sentenció el técnico del Albacete sin más rodeos en la conferencia de prensa. Así fue. Volvía el Lega a Butarque después de tres partidos contra Alcorcón, Sporting y Numancia en los que no demostró la superioridad que sí tuvo ayer. Los de Garitano pudieron hacer mejor su fútbol a merced de un Albacete que jugaba y dejaba jugar. Había más espacios y el Leganés se sentía más cómodo. El trivote siguió funcionando a la perfección con un Diamanka de nuevo omnipresente; la defensa de Postigo y Mantovani mantienen más seguro al ya de por sí seguro Serantes, y en la delantera, el '12' sigue con hambre. 

Todo funcionó bien ayer en Butarque, salvo el césped. Quizá por ello los goles llegaron de una forma menos directa de lo previsible. El primero, un regalo de Dorronsoro por no medir dos centímetros más, y el segundo, otro obsequio de Antoñito al llegar tarde a un balón en el área. Era difícil llegar antes que Diego Aguirre. 2-0 en 30 minutos, y la mejor primera parte pepinera desde el baile del Villamarín. La segunda tuvo a un 'Lega' más relajado, y a un Albacete más revolucionado. Un error, de no ser por la falta de acierto visitante. El césped -o el barro- volvió a hacer de las suyas, y evitó el gol albaceteño cuando Chumbi había metido la pierna para rematar un centro-chut de Keko. Los continuos botes de la pelota hicieron que ésta siguiera su camino por debajo de la pierna del delantero del 'Alba', y pasara de largo ante la portería de Serantes. En serio, vean la repetición. 

El Leganés no fue capaz de aprovechar el riesgo que asumieron los albaceteños, y los flojos contraataques no sumaron el tercero. Poco a poco la esperanza visitante se fue apagando, y el tiempo murió con una nueva victoria pepinera. La permanencia se empieza a tocar con algo más que la yema de los dedos, aunque a Garitano aún le falten cuatro puntitos más. Van 46, a +14 del descenso y a -3 de playoffs. Una ventaja más que saludable bajando los ojos, y una desventaja esperanzadora levantando la mirada. En el horizonte está el Girona, pero ustedes deciden hacia donde mirar. Pueden hacerlo, porque aún todo es posible.

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