27 octubre, 2014

Un punto no apto para gourmets

Uno apagó Teledeporte con ese chasquido de boca, lastimando que no llegara el segundo gol en Los Pajaritos. Faltó una pizca de ingenio y velocidad en los metros finales para poder matar a un Numancia controlado una vez que Mantovani consiguió el empate. El punto no llena la barriga, pero pensando en frío y mirando la clasificación, me pregunto si con 13 puntos y en el puesto 11º uno está en condición de exigir más. (Numancia 1-1 Leganés)
Encaraba el Leganés una nueva jornada fuera de casa, ergo una nueva oportunidad para lograr el reto de la primera victoria a domicilio. Los nefastos antecedentes numantinos -un empate y tres derrotas en Soria- invitaban al optimismo para un Leganés espoleado tras comerse al Betis. Pero Gerrit frenó las buenas esperanzas en el minuto 4, tras un despiste defensivo en el que Regalón pudo ser el anotador de no ser por Queco, el único atento al '5' soriano.

La cosa se quedó ahí, porque el Leganés frunció el ceño y se puso manos a la obra para empatar lo más rápido posible, en una breve fase en la que se pareció al 'Lega' de Butarque. Consiguió el gol sin tardar mucho gracias a Mantovani tras una jugada a balón parado. El partido volvía a empezar, pero como si de un chicle se tratara, el Leganés fue perdiendo el sabor y sólo algunas pompas de Diego Aguirre revitalizaron el partido en la segunda parte. El toledano evidenció algunas carencias en sus compañeros de ataque al ser el único que le puso velocidad al juego, encarando, internando en área, poniendo centros constantes y dando trabajo a Munir. Parecía que el gol sólo podía llegar por sus botas, y de poco sirvió que Braian Rodríguez dejara con diez a los de Anquela. Un macilento Leganés sólo se limitó a pasarse el balón con lentas transiciones y previsibles contraataques que permitieron replegar al Numancia con demasiada facilidad.

Esa superioridad mal gestionada también la vio Garitano. "Se nos ha ido el partido", reconoció a pesar de empezar perdiendo, lo cual dice mucho de la oportunidad perdida. Ciertamente pudo ser mejor, pero vuelvan a mirar la tabla, y saboreen el punto. No sean tan exquisitos.

20 octubre, 2014

Rock and Roll

El Leganés ganó al Betis. Léanlo una y otra vez, y repetirán en su cabeza lo que pasó ayer. Sí, el Leganés ganó al Betis. Pueden pellizcarse.
Sepan ustedes que yo ya lo dije, pero no me quisieron creer, o más probablemente, leer. Sí, es cierto que el Betis no estuvo a la altura de su historia -ni de su omnipresente afición-. Por lo visto lleva así toda la temporada. Pero es el Betis. Y lo que gusta ganar al nombre, pase o no por su mejor momento, no tiene precio.

Asier Garitano volvió a mover piezas y sorprendió con Dioni de titular y Santamaría de lateral izquierdo, incluyendo a Postigo como central acompañando a Mantovani -desde su regreso, inamovible el argentino-. Cambios y más cambios los que se han ido viviendo cada jornada en el once inicial, pero que no alteran sin embargo la imagen más que digna con la que el Leganés termina cada partido. Chapó por el de Vergara.

Como decía en aquella publicación que con cierto oportunismo os he recordado, en el verde el dinero es papel mojado, y la calidad no puede alcanzar todo su potencial sin orden ni criterio. Es lo que le ocurre a un Betis que de momento no sabe cómo exprimir a su plantilla. El Leganés, en cambio, sabe hacerlo muy bien. Sacó jugo una vez más de sus jugadores y obtuvo el premio tarde pero a tiempo. Digamos que la justicia se cobró la deuda de Gijón, y al igual que allí, contra el Betis reinó el leitmotiv de este equipo: la fe en sus posibilidades. Lo demostró Borja Lázaro con su remontada al Mallorca, Álvaro García empatando contra el Racing, y ayer lo volvió a hacer el dorsal número 11 del Lega con su disparo en el 89'. Don Fernando Velasco Salazar se ganó un hueco en los highlights de la historia pepinera, pues no sólo el rival y el minuto fueron exageradamente propicios, sino que además la belleza del gol fue zidaniesca. De bella factura, imparable, e improbable. Para ponerle un piso -o dos- al chaval, que dirían en mi pueblo. El éxtasis, imagínense, fue monumental. Vivirlo in situ además permite archivarlo en la carpeta de recuerdos imborrables en esto de las vivencias futbolísticas que uno tiene. Como ven, sigo mojado.

Como el propio Rock and Roll, el Leganés no tiene complejos. Un género que llegó a la música como el Leganés a Segunda, con ganas de triunfar y queriendo ser eterno. Elvis, ya saben, sigue sonando en la radio.

Suban el volumen. Sigamos disfrutando.

13 octubre, 2014

Lección aprendida

La victoria del Leganés en El Molinón duró menos que un suspiro. El Sporting tiró de orgullo para empatar tras el gol a la inglesa de Diego Aguirre, y con alas culminó la remontada en el 92'. Corto pero intenso fue el tiempo que tuvieron los aficionados pepineros para mirar el marcador y ver un 0-1 que se evaporó de golpe. (Sporting de Gijón 2-1 Leganés)
No le vino grande El Molinón al Leganés, que siguió demostrando ser un equipo difícil de ganar. Con la presión por vez primera de 15.000 espectadores en contra esta temporada, aguantó las embestidas sportinguistas y tuvo cierto peligro en algunas llegadas para hacer más daño del hecho. La primera parte terminó sin goles, y se vivió en ella una tremenda pañolada para la directiva local, en una jornada de continua protesta que el Leganés no acrecentó -imagínense que los tres puntos hubieran viajado a Madrid-. La emoción, las alegrías y las penas llegaron en el segundo acto.

Con Diego Aguirre y Dioni ya en el verde, Queco Piña sacó en largo desde la portería. El malagueño la peinó sutilmente con la cabeza en la frontal, y el toledano culminó en el mano a mano. Era el 79', y la cara de incredulidad local contrastaba con el éxtasis visitante, justo lo que tras el pitido final sería completamente al revés. El 0-1 no tuvo efecto frustrante en el rival porque el Leganés no pudo alargar en el tiempo un resultado que pusiera nervioso, que resultara impotente y que dejara incapaz al Sporting. Porque al minuto, Guerrero empató. Se marchó con cierta facilidad de un hasta entonces encomiable Santamaría, Diamanka lo ayudó con un despeje convertido en autopase, y Mantovani no terminó de pegarse al palo para evitar un disparo que parecía previsible. Cadena de errores que evidenciaron cierta falta de concentración, y que presentó al Sporting diez minutos de épica frente a diez de sufrimiento. 

La inercia acosadora de los de Abelardo sólo la podía parar ya el pitido final, esperado como agua de mayo desde el banquillo de Garitano. El Gijón se lo creyó más que el Leganés, y Carlos Castro logró abatir las ilusiones pepineras en el 92'. Guión hollywoodiense para los asturianos con un 2-1 final del que sólo queda una cosa: aprender para seguir disfrutando de esta película en Segunda División. Pasen página sin quitarse el traje, en la siguiente escena aparece el Betis.

06 octubre, 2014

Hogar, dulce hogar

La segunda victoria en Liga Adelante llegó contra otro equipo isleño, el Tenerife. Dos goles a favor que comenzaron con una acción de un vistoso Sergio Prendes; y cero en contra, a lo que colaboró el retorno de Mantovani, capitán en detrimento de Postigo, esta vez suplente en lo que fue una sorpresa, tanto como la de no ver convocado al ‘Guaje’. Probaturas en cualquier caso que continúan definiendo la fase de adaptación de un Leganés que, mientras tanto, sigue sumando en Butarque. (Leganés 2-0 Tenerife)
"Con tanto cambio en el once tampoco estoy ayudando yo mucho, pero necesitamos ver gente". Así asumía y justificaba el técnico blanquiazul, con algún que otro mensaje en rueda de prensa, su responsabilidad en los ensayos que desde la primera jornada el Leganés está llevando a cabo, y que en la tarde del domingo contra el Tenerife se volvieron a ver. El bendito fondo de armario ofrece muchas opciones a Garitano, y éste parece no querer dejarse ninguna duda sin resolver antes de fijar un once tipo -no será hasta después del partido frente al Betis, ha asegurado-.

La ausencia de tal continuidad no está suponiendo, sin embargo, un grave problema para el equipo. Todo lo contrario que a domicilio, en Butarque el ‘Lega’ aún no ha dejado de marcar, ni de sumar: dos victorias y dos empates están alargando el calificativo de fortín que ya se ganó el feudo pepinero en las últimas temporadas en Segunda B. Los rivales parecen menos rivales si el Leganés juega en casa.

Y es que los tinerfeños no pudieron hacer valer esa inyección de moral tras haber vencido la pasada jornada a Las Palmas, ni siquiera a puerta vacía -creo que en Tenerife siguen tirándose de los pelos-. Presionado, quizá, por su prensa local que calificaba de ‘diferente liga’ las aspiraciones de uno y otro, los de Cervera sacaron a relucir la irregularidad del que gana al líder y pierde contra un recién ascendido. La idiosincrasia del fútbol, dirán, dejó los tres puntos en Madrid. 

Tres puntos que al ‘Lega’ le llegan en buen momento -¿cuándo no lo es?- para distanciarse del pozo de la tabla antes de visitar Gijón. Allí el Leganés tendrá una nueva oportunidad para intentar lo que hasta ahora no ha conseguido: ganar a domicilio; y allí estará un servidor para contarlo. Nos vemos a la vuelta.